Crítica: Ciudad total

Crítica publicada en DARDO-magazine nº21, sobre la exposición Ciudad total, IVAM-Centre Julio González, Valencia. Del 3 de mayo al 15 de julio de 2012. Comisario: José Miguel G. Cortés

Morfologías de la ciudad despolitizada

La ciudad es el escenario de nuestros deseos y sueños; de las frustraciones individuales y colectivas, tanto como de los logros sociales, políticos o de otra índole cualquiera que empleen el espacio público para vindicarse; es donde se generó la industria, el cine, el ocio y cualquier relato del sueño moderno que buscase, o no, una utopía. En la base misma de la fundación de las ciudades se encuentra la arquitectura como función destinada a la supervivencia, así como medidor eficaz entre naturaleza y cultura; entre lo dado por el entorno y lo obtenido mediante su transformación física.

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El territorio ganado por la fotografía

EST. Publicacions Publicación con motivo de la exposición de Mariela Apollonio The Art Circle. Directors, en Kir Royal Gallery, Valencia, junio-julio de 2012.

La mirada consciente a la realidad transforma nuestra percepción de lo real. Ahí es donde la fotografía, y cualquier derivado contemporáneo de la imagen, regenta su poder, pues construye e instituye algo a partir del referente, donde antes lo representaba. Jean-François Chevrier lo indica de esta manera: “El siglo XX es, tal como quería Fernand Léger, el siglo de los ‘constructores’ […] Nunca se había hablado tanto de creación funcional como en este siglo en el que todas las funciones del arte han sido cuestionadas”[1]. Es un poder transformador, como se ha demostrado, y lo continúa siendo a principios del siglo XXI. Pero en su esencia, la fotografía –o al menos ciertas prácticas fundacionales en activo adscritas a lo fotográfico– todavía mantiene una vinculación, por pequeña que sea, con el documento, con la prueba testimonial. Varios conceptos entran en juego en esta operación: “realidad”, “documento”, “imagen”, “práctica”, a los que habrá que ir añadiendo otros, como “crítica institucional”, “fotografía escenificada”, “cosicidad del sujeto”, “arte fotográfico”, “espacio arquitectónico”, para deslindar el territorio donde se ha asentado Mariela Apollonio y desde el cual ha construido una voz.

 

Texto íntegro en: EST. Publicacions

 


[1] Jean-François Chevrier, La fotografía entre las bellas artes y los medios de comunicación, Barcelona, Ed. Gustavo Gili, 2007, p.75.

Tomar las riendas

La crisis institucional actual no tiene su fundamento únicamente en la mala gestión de los recursos, sino en la mala planificación de su estrategia. Esto es así si miramos la situación desde la perspectiva de lo común, por la cual quien gestiona tiene el poder y el deber de actuar en consonancia con lo que registran los textos constitucionales democráticos. Es decir, gobernar para todos con políticas para todos que intenten la mejora social de cada uno, con independencia de sus opiniones, siempre y cuando entiendan y practiquen lo que ha venido a llamarse “el juego democrático”. Si observamos la situación desde una perspectiva donde la gestión de los recursos va enfocada al beneficio y el desarrollo de aquellos que ostentan una opinión similar a la promulgada por los gestores del poder y se encargan de transmitirla y extenderla por la sociedad, de modo que cada vez más las opiniones diversas tiendan a desaparecer, entonces entenderemos que las instituciones no deben ni pueden gestionar aquello que es de todos. Y, entonces, hay que tomar las riendas.

En el contexto autonómico de la Comunitat Valenciana, donde las competencias territoriales transferidas parecen un ser o no ser de la personalidad de sus políticos y habitantes, el ámbito cultural contemporáneo sufre un absoluto exterminio. Los gestores culturales, por lo general incompetentes e ignorantes culturales, han ido ejerciendo una presión cada vez más fuerte sobre la cabeza de los autores, sean éstos artistas visuales, dramaturgos, músicos, actores o poetas. Si algún sentido les queda a las instituciones tal y como las construimos y aún perduran, es el de ejercer de faro que alumbra, de información que conduce y educa, de opinión que deja espacio para la discusión y la discordia. Lejos de esto, la actual gestión de la cultura ha pasado de la producción más o menos cuantiosa, a la existencia paupérrima; de la libertad de expresión, a la censura; de una visión contemporánea de la sociedad y la ciudad, a una amalgama de tópicos tradicionalistas que sólo pretenden mostrar lo contemporáneo como una excepción sin sentido, como la actitud estrafalaria de una minoría pedigüeña y tendente a la exageración.

La cultura contemporánea, sin embargo, es una cosa muy seria. Mucho más seria desde luego que el cargo que ostentan un puñado de políticos que reparten sus competencias y se intercambian los cargos con total despreocupación y sin conocimiento real de aquello que asumen. Muchos de los cuales ahora están aquí y mañana dirigen una empresa o fundan un think tank para mantener lo propio. Y es mucho más seria no porque quien lo produce moviliza las masas (que no lo hace) o dice cosas que descubran la verdad (que tampoco); sino porque habla de sucesos y está realizado por personas que viven su contemporaneidad, es decir, que son contemporáneos de los políticos y de esa gran mayoría de conciudadanos suyos que ni saben que existen, ni les gusta que existan. Trabajar desde la resistencia es una cosa muy seria; así como es serio y peligroso, aunque inevitable y necesario, tomar las riendas.

El arte visual contemporáneo es un ámbito complejo y contradictorio. Este arte ya no se conforma con determinados parabienes paternalistas; ni con palmadas en la espalda, que en muchas ocasiones han devenido puñaladas traperas. Este tipo de prácticas, difíciles de definir y deslindar porque habitan los márgenes y los intersticios y son aquí donde suelen dar sus frutos, son resistentes porque nacen de la necesidad, y son realistas porque lejos de representar la realidad, aspiran a construirla. Tomar las riendas es, en este contexto, auto-gestionarse, auto-promocionarse, intentar salir de la marginalidad. Determinados proyectos surgen cada poco tiempo con la intención de evitar los malos hábitos adquiridos por los museos, las galerías, las publicaciones mayoritarias. La red está ayudando a generar unas relaciones que no eran posibles hace unos años, y donde lo oficial no es bienvenido, siempre cuestionado y trivializado por las comunidades sociales en red. Esta es una situación novedosa que puede, o bien generar unas nuevas instituciones que aprovechen partes para cambiar su todo, o bien hacerlas desaparecer a través de su disolución. Se verá si somos capaces desde lo social y lo político de acometer tan importantes transformaciones. Desde lo cultural existen ejemplos que ya no esperan el amén de las instituciones para “ir en paz” por el camino marcado, sino que están construyendo nuevos caminos de autonomía para luchar por la libertad, allá donde éstos puedan dirigirse.

Àmbits d’intrusió (CAS)

Texto curatorial del proyecto Àmbits d’intrusió, en el Centre Cívic Can Felipa, Barcelona, del 26 de enero al 31 de marzo de 2012.

La intrusión es el ámbito del arte contemporáneo. Sin duda, al menos desde que Marcel Duchamp introdujo objetos cotidianos en el contexto del arte, enseñó a mirarlos de otro modo y, por lo tanto, les otorgó una plusvalía para la mirada, la historia (y también el mercado). Después de esta circunstancia, lo atípico será encontrar elementos que hayan hecho avanzar la complejidad de la experiencia estética sin plantear intrusiones, rupturas, sin generar discontinuidad. Un ámbito, físicamente hablando, es el “conjunto de los límites que encierran un espacio”; también es ese “espacio comprendido dentro de ciertos límites, o lugar que se determina de algún modo”. Como tercera acepción, ámbito es “círculo: conjunto de cosas y personas entre las que alguien vive o se desenvuelve”. Por intrusión podemos entender “la acción de introducirse indebidamente en algún sitio”[1]. Sólo cabe sumar ambos conceptos para tener una lectura literal del título de esta exposición y obtener una interpretación ajustada de sus intenciones.

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Valencia, vacía de contemporaneidad

La relación de la ciudad de Valencia con la cultura contemporánea ha ido metamorfoseándose durante los últimos treinta años, al ritmo marcado por los cambios sociopolíticos y económicos. La explosión de los años ochenta, cuando todo estaba por hacer y se asentaron las bases institucionales que aún, grosso modo, perduran aunque se hayan vaciado de contenido y se encuentren exentas de planificación, dio paso al aparente subidón de los años zaplanistas: políticas neo-liberales de la cultura para demostrar que a la derecha también le importaba estar a la moda, costase lo que costase. Seguramente habían escuchado la sintonía de que la cultura era un potencial económico, pero la letra no consiguieron aprendérsela. Esta actitud anfetamínica derivó en la calma chicha que impulsó con ahínco el Ex-Molt Honorable Paco Camps y que, ahora, con la fatídica crisis financiera, ha devenido en una suerte de destino macabro. Grandes eventos en lugar de cultura de base. Es decir, publicidad mundial a precio de oro en lugar de la generación de redes estables mucho más económicas y, tal vez por ello, menos golosas. Está por ver que los cruceros de lujo nos saquen de pobres.

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Sobre el libro: IVAM-Centre del Carme (1989-2002)

Suplemento cultural Quadern. El País-Comunitat Valenciana, jueves 26 de mayo de 2011.

ivam

LIBRO: IVAM-Centre del Carme (1989-2002): la exposición como obra de arte.
AUTORA: Maite Ibáñez Giménez.
EDITA: Institució Alfons el Magnànim. Col·lecció Formes Plàstiques. Valencia, 2011

Determinados sucesos dejan en el contexto donde se producen una marca indeleble. Entendamos por sucesos también aquellos espacios o lugares que los posibilitan y generan, como una suerte de construcción simbólica del imaginario colectivo. El IVAM-Centre del Carme lo fue, sin duda, durante sus casi trece años de existencia por varias razones: en primer lugar porque, junto con el IVAM-Centre Julio González, se erigió en el contrapunto y referencia necesarios de un modelo de museo público y autonómico cuyo planteamiento inicial fue copiado por otras instituciones públicas del Estado español. Asimismo, fue un espacio de experimentación de artistas contemporáneos que realizaron intervenciones site specific y cuyas exposiciones mostradas sirvieron de anexo de conocimiento de una generación entera de estudiantes, tanto de bellas artes como de historiadores, que fuimos capaces de ver in situ lo que los libros y revistas internacionales de arte contemporáneo publicaban. Por otro lado, por la importancia de su arquitectura, un ejemplo paradigmático de estilo ecléctico reorganizado por Luis Ferreres, que el vacuo traslado y la reconstrucción del claustro del Embajador Vich en el Museo de Belles Arts se encargó de desbaratar. Finalmente, porque el currículo expositivo de este centro, al revisarlo y compararlo con la gestión actual de Consuelo Ciscar, hace más decadente si cabe el paupérrimo paisaje cultural valenciano actual.

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Nuevos lenguajes, nuevos públicos. (Viejas instituciones)

II Jornadas de Investigación La imagen mundializada. ¿Una iconicidad global?. 12 de noviembre de 2010. Organizadas por la Universitat de València y celebradas en el MUVIM-Museu Valencià de la Il·lustració i de la Modernitat.

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I

Antes de nada quisiera anunciar que esta ponencia, al contrario de lo que personalmente suelo pensar y hacer, será toda leída. Soy consciente de la diferencia importante que significa realizar este modo de exposición en lugar de uno más informal y ameno, como es hablar sobre el tema en cuestión a partir de unos puntos principales que se desarrollan y se explican conforme el discurso va solicitando mayor o menor detalle. Hay un motivo principal en esta decisión: decir todo lo que se ha de decir, y hacerlo con la imposición de una exigente autocrítica a la que el texto escrito obliga más que la palabra hablada, cuando ésta se expresa de manera espontánea. Teniendo en cuenta que este análisis acabará siendo parte de la publicación resumen de estas II Jornadas de Investigación que llevan por título La imagen mundializada, ¿una iconicidad global?, parece que esta decisión pueda ser acertada, al final se verá. Otra razón importante, que es el poder que todavía mantiene el lenguaje escrito sobre el hablado, es su condición de registro; es decir, que pueda ser consultado, releído, criticado después… instalado en el tiempo que sobrevive a la propia conferencia, por necesidad siempre tendente a ser acción e incluso performance por más que pueda quedar documentada audiovisualmente. Asimismo, como ya se ha podido comprobar, se presentará en primera persona, particularidad ésta que no se hubiera empleado en otras circunstancias pero que ahora, al elegir este modo de comunicación, se torna inevitable.

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