Crítica: Ciudad total

Crítica publicada en DARDO-magazine nº21, sobre la exposición Ciudad total, IVAM-Centre Julio González, Valencia. Del 3 de mayo al 15 de julio de 2012. Comisario: José Miguel G. Cortés

Morfologías de la ciudad despolitizada

La ciudad es el escenario de nuestros deseos y sueños; de las frustraciones individuales y colectivas, tanto como de los logros sociales, políticos o de otra índole cualquiera que empleen el espacio público para vindicarse; es donde se generó la industria, el cine, el ocio y cualquier relato del sueño moderno que buscase, o no, una utopía. En la base misma de la fundación de las ciudades se encuentra la arquitectura como función destinada a la supervivencia, así como medidor eficaz entre naturaleza y cultura; entre lo dado por el entorno y lo obtenido mediante su transformación física.

La morfología de las ciudades constata el proceso como principal organizador de un resultado nunca concluso; si el paso del hombre por el mundo implica su reproducción para seguir subsistiendo, el paso del tiempo en el ámbito de las metrópolis y en cualquier núcleo de población es el catalizador que permite esa transformación ad infinitum. En las ciudades surgió la política, se fundaron los órganos que la rigen y la hacen cumplir, así como la represión, el castigo y las leyes que los dimensionan. El concepto de ciudad y su materialización van unidos, inseparablemente, al de civilización y cultura; así como al de su destrucción.

Dos años después de la exposición Malas calles, mostrada también en el IVAM-Centre julio González, el teórico del arte y comisario de exposiciones José Miguel G. Cortés presenta Ciudad Total. Junto con el libro Otras ciudades posibles, esta muestra completa una suerte de trilogía que no le resta, sin embargo, su carácter autónomo. El catálogo editado para la ocasión, así como el libro citado, se han realizado en formato digital y pueden ser consultados online en el sitio web del museo valenciano. El catálogo también puede descargarse en formato pdf, lo que constata un cambio de actitud general en muchos centros de arte y museos que deciden no hacer publicaciones físicas, bien sea por ajustes económicos o bien por una actitud de accesibilidad y gratuidad de contenidos. En vista de las publicaciones que el IVAM lleva años realizando y también por los catálogos sí impresos del resto de las exposiciones colindantes a ésta, todo indica que en este caso es más por la primera opción que por la segunda.

La ciudad total propuesta por G. Cortés es un compendio de miradas sobre la Metrópolis organizado en cinco grandes bloques temáticos que se corresponden con las cinco salas que ocupa la exposición. Estas visiones están resueltas casi exclusivamente con trabajos de artistas visuales, a excepción de notables aportaciones desde la arquitectura (MVRDV) y el cine manga japonés, donde se incluyen los largometrajes Akira (Katsuhiro Otomo, 1988) y Ghost in the Shell (Mamoru Oshii, 1995). La interpretación de esa ciudad total se realiza mediatizada por las pantallas pero exenta de conflictos en el espacio público; es una exposición que cuenta con una amplia mayoría de obras fotográficas de diversa condición y técnica y un gran número de obras videográficas y documentales, cuya duración se torna algo excesiva para visionar en sala, echándose de menos la posibilidad de un ciclo audiovisual donde puedan verse con otra mirada más calmada y reflexiva.

Se inicia el recorrido con el apartado Cosmópolis, que actúa a modo de introducción del concepto general y como carta de presentación del display de la muestra. Las cinco salas son contiguas, unidas por el vano central que actúa de pasillo figurado y de puerta de paso y comunicación. Desde la primera a la última, todas las salas rompen estos vanos con una actitud insistente, entendiendo que éstos representan los recorridos únicos y naturales y, por ello mismo, queriendo generar una acumulación continuada de referentes visuales y físicos en el eje central. En algunos casos, como en la sala 1, esto se consigue colocando una pantalla colgante sobre la que se proyecta Spiral City, de Melanie Smith, lo que obliga a bordearla para ver más allá y continuar el recorrido. En otros casos, el paso queda medio bloqueado por pantallas de proyección colocadas en diagonal o directamente por un muro que penetra de una sala a otra. Esta disposición permite ver una amalgama de imágenes y direcciones en fuga apareciendo en medio del recorrido. La sala Cosmópolis se completa con cuatro vídeos de cariz documental, exceptuando Night and Day de H.C. Gilje, que recorren la realidad excéntrica de Dubai (Dubai Storytellers, de Francesco Jodice), de la India en Al otro lado de Bollywood, de Pedro Ortuño y de la ciudad nigeriana Lagos, en Lagos Wide & Close, de la documentalista holandesa Bregtje van der Haak.

Topologías densas es el segundo concepto, centrado en mostrar las realidades y posibles soluciones, algunas de ellas utópicas, de las grandes metrópolis o de los lugares súper poblados. Con todo, varias de las obras compiladas en esta sala son figuraciones virtuales (Proyecto Costa ibérica, de MVRDV), construcciones pop, como las dos Modern Tower de Julian Opie, simulaciones de urbanizaciones a escala, como Landscape with Houses #1 y #2 (Dutchess County, NY), de James Casabere, o collages digitales, como los dos escogidos de la serie Paisajes construidos, de Claudia Jaguaribe; lo que viene a incidir en el hecho de que los conceptos-fuerza escogidos bien podrían intercambiar algunas de sus obras, como veremos de nuevo más adelante. Dos fotografías de gran formato de la serie China, de Ángel Marcos y varias obras de Dubai Series (Philippe Chancel) aportan una mirada más documental en dos situaciones antagónicas.

Espacios alienados es el tercer concepto y, junto con la sala 4, aquí es donde aparecen los artistas visuales más reconocidos. Obras fotográficas de Andreas Gurski, Martin Parr (Serie México), Thomas Struth o J. A. Hernández-Díez (Serie Pensadores) se combinan con el documental de Harun Farocki El creador de los mundos comerciales (2001), que documenta los procesos previos a la construcción de un centro comercial en Alemania, y todo lo que conlleva de generación de códigos encaminados al puro consumo de los clientes. Un muro en diagonal sobre el que está adherida la magnífica obra de Francesc Ruiz El Corte Inglés; el Hotel Barceló-Sants (2000) surge de esta sala y penetra en la siguiente, sirviendo de enlace también conceptual entre los Espacios alienados y los Lugares fluidos, cuarto capítulo de esta exposición. La pieza de F. Ruiz, a modo de cómic expandido sobre el muro, muestra las actividades vitales de multitud de personajes que habitan en las secciones longitudinales de El Corte Inglés, el Hotel Barceló-Sants y la línea de metro que les une, todo ello de la ciudad de Barcelona.

Lugares fluidos compila una serie de obras que representan el tema relacionándolo con claridad con el concepto de no lugar en su acepción de los espacios de tránsito, como aeropuertos, metros y autopistas. Photem Series (1981), de Robert Rauschenberg y A Movie: A direccional piece where people are walking (1972-73), de John Baldessari, ambas obras de la colección del IVAM, se confrontan con fotografías de Fischli & Weiss, Martha Rossler, Catherine Opie y la magnífica serie de Michael Wolf Tokyo Compression (2011), donde se registran las caras de sufrimiento y cansancio de los usuarios del metro de la capital japonesa: la condensación en los cristales y el aplastamiento literal de sus cuerpos contra las ventanillas y las puertas de los vagones las convierte en escenas de gran dramatismo. Esta serie de imágenes fijas se entremezclan con las obras videográficas de Dionisio González (Cartografías para la eliminación), Livia Corona (El pan) y las Ciudades intercambiables de Kentaro Taki. Cabe destacar dos de las archifamosas Portable City: Madrid y Stuttgart, de la artista china Yin Xiuzhen, donde los edificios emblemáticos de estas ciudades, construidos con tela, se ciñen al espacio de una maleta, que convierte en recuerdos y experiencias portátiles (es decir en objetos) a las ciudades elegidas.

La última sala, de mayor tamaño, dedica todo su espacio y esfuerzo a los Mundos virtuales. Una construcción central realizada con palets de obra sirven como (incómodos) bancos para visionar los vídeos y como símbolo de un posible skyline. Nueve proyecciones se reparten en bloques de tres en las dos paredes laterales y la frontal, donde destaca el film de Olivo Barbieri Site Specific. Las Vegas (2005), una continuación en movimiento de sus series fotográficas, caracterizadas por registrar ciudades reales con el aspecto de maquetas a escala. El resto de proyecciones incluyen los trabajos de Matt Mullican y MVRDV, representando estos dos casos un mundo virtual ya obsoleto, sobrepasado por los acontecimientos y las técnicas actuales. Destaca sin embargo Metropolis II, de Chris Burden, un vídeo corto donde se aprecia la afición del autor por los coches teledirigidos y la construcción de scalextric que, sin ser un mundo virtual en absoluto, sí responde a ese imaginario de creación de un mundo propio.