Comentarios y corrección a la crÃtica Artistas contra el arte, de Vicente Jarque, publicada en Babelia, suplemento cultural de El PaÃs, el dÃa 2 de agosto de 2008.
La crÃtica es una práctica comprometida donde converge la opinión personal del crÃtico con la funcionalidad de su labor, imposible sin la existencia de los medios de masas que la acogen. Nadie puede dudar a estas alturas que la crÃtica, como cualquier labor que surge de la mente de un persona, es una tarea subjetiva. Pocos deberÃan seguir dudando de que la subjetividad es su única posible razón de ser y su único interés. Es el uso de esa subjetividad el que marca si la crÃtica se verá como enjuiciadora, descriptiva, de si tendrá una intención artÃstica en sà misma o si, simplemente, entrará en la dinámica de cumplir el expediente de unos medios que suelen tratar su práctica como aquello que sigue teniendo que rellenar el espacio (cada vez más escaso, por otra parte) de sus páginas destinadas a ello y cuya existencia otorga un tipo de poder directamente relacionado con el mercado artÃstico, la publicidad y sus ventas derivadas. Todo lo cual no representa nada nuevo bajo el sol, desde luego.
Sin embargo, algo traspasa esta normalidad pragmática cuando quien realiza la crÃtica, el denominado crÃtico, es excesivamente consciente de su poder en cuanto que crÃtico y quiere mantener su posición muy por encima incluso de su respeto por aquello que analiza. Por el respeto de aquello que analiza nos referimos no al hecho de respetar la existencia de una exposición dentro de una institución que presenta una programación anual. De eso, por lo que implica de personal e intransferible, no se puede opinar de nadie excepto de uno mismo y tendrá mucho que decir, es de suponer, tanto la exposición como la institución, como incluso el director o directora del centro en cuestión. Más bien, la referencia viene por el hecho de conocer el contexto donde se supone que la exposición, el crÃtico que realiza su análisis y el medio que cumple con su expediente editorial, cohabitan.
En la crÃtica de Vicente Jarque titulada Artistas contra el arte, publicada en Babelia el sábado 2 de agosto de 2008, el crÃtico cometió un error imperdonable. Confundió a Ãlvaro de los Ãngeles, comisario de la exposición criticada, Herramientas del arte. Relecturas, con Juan de Nieves, hasta hace pocos meses director artÃstico del EACC-Espai d’Art contemporani de Castelló. He aquà el extracto: “Estas consideraciones de orden filosófico vienen a cuento de una exposición ciertamente interesante. Su comisario, Ãlvaro de los Ãngeles, hasta hace poco director del combativo -y ejemplar- Espai d’Art Contemporani de Castelló, ha reunido a tres artistas españoles…†No haremos balance de sus opiniones a propósito de la exposición, porque entendemos que su labor subjetiva debe prevalecer sobre cualquier otra cosa. Tampoco diremos casi nada a propósito del entendimiento (o no) del proyecto en conjunto que se puede desprender de sus palabras, cuyo significado sin embargo tiende a girar como una veleta en manos del viento y que suele tener siempre un mismo recorrido: de la aceptación de aquello que comenta a su contrario, sin saber muy bien qué razones intermedias prevalecen entretanto. Nos centraremos exclusivamente en su error superlativo, en parte porque éste nos dirá muchas más cosas de su actitud a propósito de su función crÃtica que todo aquello que pudiera decirse aquà también, por otro lado, derivado de una subjetividad y una implicación patentes.
Es bien sabido que el diario El PaÃs, como la mayorÃa de los diarios de tirada nacional, disponen de corresponsales que cubren la información de cada lugar concreto. Esto es asà también con los suplementos culturales, como ocurre con el caso de Babelia. Asà pues, Vicente Jarque es el corresponsal encargado de cubrir las crÃticas de arte en el contexto amplio y variado de la Comunitat Valenciana. Esta decisión del medio de información, del todo lógica por su pragmatismo y sencillez, deviene en este caso una responsabilidad añadida, puesto que un medio que lucha por ser el referente de la información global en español, debe contar con los mejores profesionales en cada campo o, en su defecto, con los más dedicados. Tras la crÃtica publicada el 2 de agosto, es fácil dudar al menos de la segunda apreciación en el caso de Vicente Jarque. Si no, ¿alguien puede justificar tamaño error, tal desinterés por intentar conocer sino al comisario de esta exposición, al menos sà distinguir al que fue director artÃstico durante años de uno de los tres o cuatro centros de arte contemporáneo que existen en el territorio autonómico, es decir, en “su territorioâ€? Quienes conocemos el contexto de la Comunitat Valenciana, quienes además lo sufrimos por estar en patente desacuerdo con las polÃticas culturales que se vienen desempeñando durante los últimos diez o doce años (y eso incluye por supuesto la pseudo revista que edita el IVAM, y de la que el Sr. Jarque forma parte del Comité editorial) nos resulta pobre y muy, muy limitada la escena del arte contemporáneo en este paÃs alejado cada vez más de aquello cultural que no implique una competición de élite y lleve añadida la coletilla de turismo. Es por esto que todavÃa resulta más desmoralizante el error de Vicente Jarque.
Como comisario de este proyecto, tuve conocimiento del interés de Vicente Jarque por la exposición a través de Isidoro Valcárcel Medina, uno de los artistas participantes, que estaba en ese momento en Sala Parpalló cuando el crÃtico visitó la muestra el dÃa después de su inauguración. En vista de algunos de los comentarios que me trasladó Isidoro, decidà llamar personalmente a Vicente Jarque para proponerle quedar en el espacio de la exposición y comentarle personalmente todos los detalles que quisiera y todas las dudas que, como ha quedado patente en su crÃtica, podÃa tener en ese momento al respecto de la muestra o de mà mismo. Es evidente que el dossier de prensa con el currÃculo de los participantes y el mÃo propio no fueron atendidos en su justa medida. Huelga decir que no consideró necesario quedar.
Uno de los aspectos interesantes de un proyecto procesual como está siendo Herramientas del arte. Relecturas es la puesta en órbita de este blog que permite mantener algunos temas derivados del mismo en activo, incluso tiempo después de haber concluido la exposición. De esta forma, una crÃtica que suele ser en algunos casos el punto y casi final de una exposición, puede convertirse, como es ahora, en principio de otra cosa, todavÃa por definir. Asà espero que lo entienda, esta vez sÃ, el Sr. Jarque.