Texto realizado con motivo de la exposición Entramats, de Pilar Beltrán Lahoz, en Sala San Miguel. Fundación Caja Castellón.
Las instrucciones de un juego indican las reglas con un sentido siempre doble: poner unos lÃmites que no se puedan sobrepasar, y que éstos activen todo un universo de posibilidades. En este aparente sinfÃn de opciones y encuentros, tejemos lazos de una red inmaterial pero perfectamente consistente. El juego es la excusa, el motor, que posibilita otros alcances y que determinan nuestras relaciones de afectos, cada vez más instrumentalizados por las tácticas del poder, que se apropia de sus capacidades para mostrarse cercano y más humanizado. De ahà que el arte también deba ser capaz de desvelar estas acciones interesadas, que indican una dirección y toman otra bien distinta. Sigue siendo el juego, aquello que nos hace entender simbólicamente la realidad bien para transformarla o bien para aceptarla tal como es, el asunto principal que ramifica las relaciones y asienta los afectos.