El París de Cléo

Valor documental en el filme de Agnès Varda Cléo de 5 à 7 (1961)

Revista Lars, cultura y ciudad, nº21. Puentes, diálogos urbanos. Diciembre de 2010.

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Las ciudades y el cinematógrafo han ido estrechamente unidos desde el nacimiento de ese medio de masas que revolucionó nuestro modo de observar y registrar lo externo, así como de vernos reflejados en otros. Los trabajadores saliendo de la fábrica Lumière o la llegada del tren a la estación muestran de forma clara, ya en los primerísimos inicios, la relación entre ambos universos, uno descendiente del otro, en un momento social que permitió -de modo similar a como Arthur C. Danto explica el fenómeno de la Caja Brillo de Andy Warhol– la posibilidad de su desarrollo en París y en otras grandes ciudades occidentales de finales del siglo XIX. La diferencia entre ambos momentos es evidente, así como su comparación tal vez se demuestre exagerada, pero viene a reforzar la importancia del contexto social, histórico y político de determinados sucesos analizados en perspectiva. La trascendencia de la expansión del cine como medio de masas (y así pues de cariz netamente popular) no puede equipararse a la influencia de una sola obra artística (de carácter y asimilación elitistas), por más que ésta haya sido importante, tal vez comparable a la fuente duchampiana, pero viene a abundar en la idea de que una sociedad asume y permite aquello que está preparada para aceptar y asumir, pese a las fuerzas retardatarias de costumbre.

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Leopold Kessler. El artista como caja de herramientas

Colaboración en la publicación del proyecto Cosas que solo un artista puede hacer. MARCO, Vigo. 29 de enero – 02 de mayo de 2010. Comisarios: Javier Marroquí / David Arlandis (culturalwork).

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El oficio del artista contemporáneo es lo más parecido a un muestrario de objetos variados, algunos de los cuales poseen, asimismo, diferentes usos. Intentar pensar en un modelo concreto, perfilado y delimitado, sólo puede quedar obsoleto instantes después de su definición o su descripción, por muy precisas que éstas sean. Ser artista, hoy en día, merece la atención y el análisis de los sucesos complejos y peculiares, en parte porque el concepto se ha abierto hasta perder su concreción y en parte porque ya no podría entenderse de otra forma, devorándose en cada nueva tentativa en su huída hacia adelante. Abordar con seriedad la práctica, el análisis o la gestión del arte contemporáneo atañe a modos de pensar lo real en términos que sólo aceptan el intento de su transformación formal, y aún mejor si ésta profundiza en sus raíces y consigue resultados visibles afuera, en el espacio público.

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El poliedro de la fotografía. Registro, documento, arte y plusvalía.

Publicado en Lars, cultura y ciudad, nº16, Una ciudad, múltiples culturas. Octubre de 2009.

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Imágenes frente a fotografías
El pasado 18 de junio de 2009, en plena reacción ante los resultados electorales en Irán, el periódico El País publicaba una noticia en portada con el titular “Twitter burla el cerco de los ayatolás” junto con el subtítulo “La Red se convierte en el campo de batalla de una ‘ciberrevuelta’ mundial”. Apenas tres años antes de esa fecha , parte de este titular no hubiera sido posible realizarlo, ni tampoco habría sido entendido por un sector amplio de sus lectores. Puede que incluso un diario como el citado tampoco se hubiera atrevido a publicarlo fuera de su suplemento especializado en tecnología. Tecnicismos como Twitter, Red (escrita su inicial con mayúscula) o el entrecomillado ciberrevuelta no sólo responden a una extensión global de la tecnología, sino que han empezado a verse como herramientas útiles y funcionales para contra atacar abusos de poder o desvelar situaciones comprometidas. En este caso, la tecnología sirvió para denunciar la irregularidad en los resultados electorales, decantados a favor del reelegido presidente Mahmud Ahmadineyad. Con anterioridad a este tipo de ejemplos, una gran parte de las informaciones sobre tecnología, Internet y redes sociales publicadas en las secciones habituales de los periódicos servían para desenmascarar actos subversivos, acciones piratas, intercambios sexuales o redes de explotación derivadas, o bien extendían la crítica a propósito del empleo del anonimato, sobre el cual, se impele constantemente, existe total impunidad en Internet.

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(sic) societat i cultura

Publicación periódica para proyecto expositivo
MUViM-Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat. 17 diciembre 2009 – 14 febrero 2010

velluters

sic   Adverbio latino que significa “así”, que se emplea particularmente, colocándolo entre paréntesis, en las transcripciones de textos o documentos, para indicar que cierta palabra o expresión que puede parecer equivocada está así en el original.

(sic) se compone de doce periódicos semanales de 8 páginas cada uno.
Fecha salida primer número: 3 de diciembre de 2009
Fecha salida decimosegundo número: 18 de febrero de 2010

(sic) durante doce semanas quiere generar un espacio (las ocho páginas) que contenga otro (el barrio de Velluters de Valencia).
La intención de (sic) es crear un espacio cultural semanal centrado en un barrio, Velluters, el cual aloja el museo que produce el periódico, y disponer de la independencia y el tiempo óptimos para reflejar las distintas realidades de la zona, en fase de transformación y cambio.

 

Velluters es uno de los cinco barrios que componen la Ciutat Vella de Valencia y el último en despertar a la planificación y reurbanización generalizada de los cascos históricos. Marginado en parte por la apertura de la antigua Avenida del Oeste, hoy Barón de Cárcer, y la construcción de los edificios que lo dejaron enclaustrado entre dos avenidas de gran afluencia de tráfico, la degradación del barrio se acrecienta por la derivación del barrio chino en un lugar de conflicto. Un conflicto irresuelto al que hasta ahora sólo se ha propuesto la aséptica idea de hacer desaparecer a las personas consecuencia de esta irresolución.

El origen gremial del barrio queda atestiguado hoy por los nombres de numerosas calles, no por la existencia real de profesionales agrupados en la zona. Esta idea, sin embargo, ha perdurado hasta el punto de haber modificado su nombre (o recuperarlo), antes denominado barrio de El Pilar o, directamente, el Chino.

La complicidad entre este pasado y el momento actual, en que los comercios tradicionales han desaparecido o se han transformado en locales destinados al ocio o a actividades terciarias, es un aspecto que interesa analizar en (sic). Asimismo, interesa analizar la evolución y el cambio de paradigma de la arquitectura de la zona, cuyo entramado medieval no ha sido respetado en proyectos clave, como el Complejo educativo de Velluters, o donde las intervenciones de nuevos edificios de viviendas han sido más o menos acertadas.

Otro aspecto de interés relacionado con el anterior, se centra en recuperar determinadas voces no tan lejanas en el tiempo y, sin embargo, completamente apartadas del vocerío actual circundante. ¿De verdad hemos cambiado tanto? Y si es así, este cambio, ¿realmente sigue definiéndonos?

Pocas dudas pueden surgir ahora, en este proceso proyectual, a propósito de la principal intención de (sic), que es definir una identidad general a partir del análisis profundo de un particular. Un intento de descifrar un todo abstracto a partir del análisis profundo de una parte concreta.

Puedes ir comprobando los avances de este proyecto y proponer casos de estudio y cuestiones en (sic)

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Impactos mediáticos de las revueltas

Texto realizado para la publicación de la X Edición Cabanyal Portes Obertes. Salvem Cabanyal-Canyameral. El Cabanyal, Valencia. Octubre 2008.

La fotografía de prensa es el registro de los acontecimientos merecedores de ser noticia. Así lo sabemos tras más de un siglo de prensa diaria ilustrada con fotografías, a la que acudimos deseosos de confirmar nuestras ideas con sus imágenes. No siempre coinciden, pero no tanto por su falta de precisión como por la ausencia de visibilidad de ideas y opiniones minoritarias. La minoría es aquello que debe existir en cualquier estado de derecho que se precie para que la mayoría siga ninguneándola, cuando no deseando su pronta y aséptica desaparición. Mientras que saber cuándo un acontecimiento es merecedor de convertirse en noticia es tanto o más complicado como descubrir qué nace antes, si el evento o la necesidad de seguir aportando información diaria. El paso de un acontecimiento del estado de suceso al de noticia es más rápido y accesible que el que tiene que hacer una opinión minoritaria para convertirse en mayoritaria. Entre medias está, en ambos casos, el papel de los medios de comunicación; pero la economía, ya lo hemos comprobado sobradamente, siempre gana a la ideología… incluso en épocas de crisis.

 

La velocidad de los sucesos y la necesaria ocupación del espacio de los medios de masas parecen conciliar sus esfuerzos para dejarnos asombrados por igual ante la afluencia de datos y ante su narración casi idéntica, salvo detalles cada vez más imperceptibles en el tono o en el enfoque del discurso. Es por eso, tal vez, que las transformaciones en los modos de difundir las noticias hayan ayudado a la banalización de la información escrita tanto como han favorecido la eclosión de la comunicación audiovisual, especialmente con las prestaciones que ofrece Internet, convertido en el termómetro de la actualización perpetua. Perfecta horma al zapato de una sociedad cada vez más dispuesta a vivir los sucesos en tiempo real y a asumirlos a la par que se producen, olvidándolos al poco con similar fruición.

En las ciudades contemporáneas ha ido contagiándose globalmente una necesidad de verse y mostrarse como objeto de deseo que no atiende a fronteras y que necesita seguir en mantenida huída hacia adelante para conservar su imagen ilusoria. Un panorama donde han tenido mucho que decir los medios de comunicación de toda índole y condición y las imágenes promocionales. Esta actitud ha llegado a Valencia tan tardíamente y con una fuerza tan inusitada que no puede más que provocar un amor desenfrenado entre quienes estén a favor de la mercantilización de la imagen de la ciudad y la conversión de su patrimonio en un gran plató televisivo o un desamor profundo entre quienes esperaran un comportamiento más maduro y contenido por parte de los responsables públicos, sabiéndose como se sabe la trama y el desenlace de este argumento. Más si cabe si la escenografía de esta ciudad por la que un día pasó un río y que debe su ubicación original y su idiosincrasia geográfica a una serie de elementos que han desaparecido, se encamina hacia un gigantismo por igual deshumanizado en sus proporciones e irreversible en su ejecución; admirado y cuestionado a un tiempo.

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Espigar entre los desechos. Publicidad institucional ante, bajo, con, contra… la ciudad

Texto para la publicación resultante de Perifèries 2007 1er Encontre d’acció artística i reflexió oberta. Hotel Chamarel, Dénia, junio de 2007.

El siguiente texto no es la conferencia del mismo título que se impartió dentro de las Jornadas de reflexión y prácticas artísticas Perifèries 2007, sino una síntesis de su intención principal. La importante diferencia entre lo hablado y lo escrito, entre el registro de la acción o su recuerdo y la impresión sobre papel de lo pensado, necesitan modos de aproximación también diferentes. No existió el texto antes de la ponencia, sino que diferentes definiciones y datos aislados sirvieron de catalizadores entre sí para ser expresados a modo de guión más o menos preciso, pero nunca mimético, de lo dicho. Los ejemplos visuales fueron el motivo central de la exposición, mientras la introducción de cariz más teórica quiso servir de base sobre la que depositar las imágenes proyectadas: válidas por sí mismas y descontextalizadas por efecto de su contextualización allí, en ese momento. El breve texto que sigue sólo expondrá esta abstracción, evitando los ejemplos prácticos. De esta forma, podrá ser visto [o mejor dicho, querría que se viera] más como método discursivo que como trazado con final y principio definidos. Si queda bien expresado este modo de hacer y de mirar, devendrá herramienta o, aún mejor, “caja de herramientas”, por emplear la expresión foucaultiana. Cada cual podrá hacer uso de ellas del modo que considere más oportuno, empleando sus propios ejemplos y pudiendo ser asimismo contextualizado en un ámbito de acción preciso, ajeno por completo al de estas jornadas de debate y reflexión.

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Rabia legítima. Ciudadanos frente a propaganda institucional

Texto publicado en Revista Lars, cultura y ciudad. nº 9 Arquitectura y memoria. Octubre de 2007

En el escenario poliédrico y cambiante en que se han convertido las ciudades y metrópolis contemporáneas, cada vez resulta más complejo generalizar o unificar la imagen exterior que una determinada urbe puede o debe ofrecer. Instalados todos en una sociedad híper-competitiva, cada ciudad lucha por rastrear en su patrimonio artístico y medioambiental, en su capacidad de generar riqueza u organizar eventos destacables, en la calidad de vida o las obras faraónicas… para dar con una imagen que compile y potencie sus cualidades más sobresalientes, aspirando conseguir un icono que la transforme en marca. Las imágenes de ayer y hoy son proyectadas hacia un futuro inmediato que deviene “presente perpetuo”, donde estos iconos y marcas son intercambiables y mutables y absolutamente todo es susceptible de venderse y comprarse. La complejidad lógica estriba en mantener el equilibrio entre la defensa cultural y medioambiental del patrimonio con las necesidades y demanda de vivienda; ofertar diferentes niveles de cultura y saber discernirla del turismo o del entretenimiento; adquirir y mantener un nivel de vida mayoritario acorde con los tiempos, sin quedarnos por ello sin aire que respirar o sin agua para beber… entre otros antagonismos que deben, sin embargo, convivir. La complejidad inherente a estos procesos de transformación continua no es asunto que pueda resolverse únicamente con la presencia de políticos o gestores públicos, pero es lógico que volvamos hacia ellos la mirada y lancemos sobre ellos nuestras preguntas sobre éstos u otros temas de difícil solución cuando la propaganda institucional de un lugar se equipara a la publicidad consumista digna de productos desechables. O cuando se contabilizan los logros de determinados proyectos colectivos en el haber de esos mismos gestores, no tan dados a la asunción de responsabilidad cuando los éxitos mudan a fracasos. Y aún más, cuando desde el poder se desoyen las sugerencias de los vecinos y colectivos afectados por esas decisiones, o son entendidas como meras objeciones partidistas a su política.

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