Texto realizado con motivo de la exposición Sala de espera, de Joan Sebastián. GalerÃa Rosa Santos, del 16 de enero al 28 de febrero de 2009.
En ocasiones el dibujo ha sido estructura, base misma, esqueleto sobre el que se recubre de piel, órganos y extremidades un cuerpo. Este cuerpo puede responder a preguntas concretas sobre su naturaleza o no mediar conversación alguna con su interlocutor, que es el espectador que pueda finalmente encontrárselo escondido y olvidado, o bien expuesto bajo los focos. En otras ocasiones el dibujo es un gesto lanzado a quemarropa sobre la realidad, con la que lucha para conseguir el trofeo de su representación. Tanto es traducción de un sentimiento como evitación del riesgo manifiesto de ser mimesis del referente. Puede ser visto también, el dibujo en tanto que práctica, como el principio de una consciencia visual, un aprendizaje de la mirada traducido en formas y la voluntad ancestral de aprehender el tiempo y todo lo circundante reflejado en él.