Crítica de la simulación de las libertades

Texto realizado con motivo de la exposición Individual Citizen Republic Project: EL SISTEMA, de Daniel G. Andújar. Espai ZER01. Olot, diciembre 2003 – febrero 2004.

La cita que antecede a los Comentarios sobre la Sociedad del Espectáculo, de Guy Debord, bien podría tomarse como una de las claves en la estrategia de la resistencia, fuera ésta del tipo que fuere y se activara frente al sistema político que aconteciera en un momento histórico preciso. Extraída de El arte de la guerra, de Sun Tse, el pequeño párrafo comienza: “Por muy críticas que sean la situación y las circunstancias en que os encontréis, no desesperéis.”, y concluye “cuando se está sin ningún recurso, hay que contar con todos los recursos; cuando se ha sido sorprendido, hay que sorprender al enemigo” [En DEBORD, G.: Comentarios sobre la sociedad del espectáculo. Anagrama, Col. Argumentos. Barcelona 1990-1999. El contenido de El arte de la guerra de SUN TSE, varía dependiendo de la traducción. Una versión íntegra puede encontrarse en www.weblioteca.com.ar/oriental/artwar.htm.]. Con frecuencia aparece escrito o se anuncia que “el arte de la guerra es el arte de la vida” y, en efecto, el libro del general chino Sun Tse, si bien adoctrina sobre las formas en que debe plantearse un ataque, preparar una retaguardia, cómo analizar los puntos débiles propios y ajenos antes de enfrentarse al enemigo o estudiar las características del terreno adonde tendrá lugar la batalla, entre otros muchos datos expuestos como consejos, conforma asimismo una gran metáfora que puede ser entendida como una manera inteligente de sobrevivir a (o afrontar) determinadas circunstancias de la vida, sean éstas personales, profesionales, políticas o ideológicas. Por descontado, esta cita (y por extensión el texto completo, que llegó a Europa durante la Revolución Francesa) es fácilmente analizable desde una perspectiva muy concreta precisamente porque en este caso anticipa o introduce otra obra (la de Debord) que basa su filosofía en analizar concienzudamente al contrincante para jugarle con sus mismas armas o, al menos, para tratar de desarmarle con sus propios argumentos. El contrincante de Debord y del situacionismo en pleno fue precisamente el uso espectacular de la cultura, su manipulación e instrumentalización política por parte de los encargados de gestionarla, producirla o difundirla, siendo su cometido principal la denuncia sin paliativos, abiertamente crítica, siempre respaldada por la solidez de un discurso rico en matices y pormenorizadamente elaborado. Este posicionamiento, ya convertido en un clásico de la crítica razonada, teniendo como tiene plena vigencia se ha quedado reducido, sin embargo, a frugal aperitivo de unos manjares que, hoy por hoy, nos han llevado a una salvaje bulimia de lo espectacular. Puesto que la concepción de lo espectacular no ha dejado de agravarse dentro de las políticas culturales desenvueltas o surgidas desde entonces, los textos situacionistas (si bien con las limitaciones temporales lógicas) adquieren un poder casi profético.

Continuar leyendo «Crítica de la simulación de las libertades»