Texto con motivo de la exposición FotografÃas, de Pascual Arnal, en Galeria Assaig, Vila-real. Mayo de 2009
Abordar la complejidad de la realidad exige distanciarse, analizarla y volver sobre ella con la certeza de saber cuál es su forma aproximada o cuáles los modos que emplea para disfrazarse: cuándo se enmascara de verdad, cuándo de representación o cuándo de simulacro. La realidad puede ser vista como eso que nos queda cuando todo lo demás ha fallado, incluso en los momentos en que se buscaba, con todo eso denominado “lo demásâ€, un cambio sustancial en su presencia y, por lo tanto, en su influencia en nosotros.
Pocos medios expresivos ofrecen una aproximación tan verosÃmil al gran tema de la realidad y su representación como la fotografÃa, cuya trayectoria histórica relaciona inseparablemente el registro de lo que aconteció, configurando por tanto una memoria visual del mundo, con la plasticidad de haberlo registrado con una intención estética, iniciando asà pues un recorrido en el ámbito del arte. En otras palabras, la fotografÃa unifica función y finalidad en un solo medio, a mitad de camino entre las bellas artes y los medios de comunicación (J. F. Chévrier dixit).