Hell’O Monsters. Cover History

Texto realizado con motivo de la exposición Cover History de Hell’O Monsters en Espai Tactel, Russafa, Valencia. Hasta el 13 de junio de 2014.

Espai tactel

En las nuevas obras del colectivo belga Hell’O Monsters, personajes zoomorfos han evolucionado de los ejemplos tomados de El jardín de las delicias de El Bosco, la anterior y primera exposición en Espai Tactel, a seres donde esta presencia híbrida se antoja una mascarada y una actitud continuada. La necesidad de ser otros es un argumento que todos hemos hecho propio. La cuestión sería desvelar si esa necesidad no es, en definitiva, el único modo de ser nosotros mismos. En unas palabras que el filósofo Miguel Morey tomó prestadas de Michel Foucault indicaba: “(…) mostrar las determinaciones históricas de lo que somos es mostrar lo que hay que hacer. Porque somos más libres de lo que creemos, y no porque estemos menos determinados, sino porque hay muchas cosas con las que aún podemos romper –para hacer de la libertad un problema estratégico, para crear libertad. Para librarnos de nosotros mismos.”[1]

Continuar leyendo «Hell’O Monsters. Cover History»

Cinematógrafos Caro y el ocio moderno

Revista Lars, cultura y ciudad, nº17. Aportaciones modernas: Brasil, Argentina y Uruguay. Enero de 2010.

Aspecto actual de la entrada de uno de los Cinematógrafos Caro, hoy Colegio público Santa Teresa

Máquinas y puzzles
En 1910 el cine lleva quince años existiendo. De la atracción que supone en los primeros momentos posteriores a 1895 su propio mecanismo, la fascinación generada por una máquina que es capaz de reproducir un símil del movimiento real, se ha pasado rápidamente a valorar y querer contemplar los mensajes y las historias, entenderlos y dejarse seducir, emocionar y reeducarse por ellos. Una consistente traslación de la forma al contenido, o del medio al mensaje, que se extendió a otros ámbitos y ha pervivido, tal vez con una fuerza inigualable, en el arte de vanguardias y en los estilos artísticos posteriores.
De forma muy similar a como aconteció con la fotografía, el cine fue la culminación de un puzzle de encuentros desperdigados, trabajados desde diferentes puntos y del que, con no poca perspicacia mercantil y respaldo familiar, se apoderaron Louise y August Lumière, patentando una marca y, es cierto que también, un modo de visionado que ha perdurado hasta nosotros y que marcó de principio a fin el siglo XX. Como la historia a veces reescribe sus deslices, una placa que figura en el edificio donde se ubicaba el mítico Grand Café -situado en el número 14 del Boulevard des Capucines- hace justicia honrando a los otros responsables del puzzle francés: «A Reynaud, Marey, Demeny, / Lumière et Mèlies / Pionniers du Cinèma / Hommage des professionnels / a l’occasion / du cinquantenaire. 28·12·1945». Esta suerte de ajuste de cuentas convive con la inscripción clásica e igualmente merecida: «Ici le 28 decémbre 1895 / eurent lieu / les primières projections publiques / de photographie animé / a l’aide du cinématographe / appareil inventé par les frères Lumière». En la actualidad, en el bajo comercial de este edificio se halla una tienda de la multinacional de ropa juvenil Gap y a unos metros de allí otro café, de nombre Le Gran Café des Capucines, juega al despiste con el nombre y renombre del original. La entrada actual a lo que fue el Salon Indien, la sala donde se proyectaron los diez cortos en esa mítica fecha, es el restaurante de un hotel que posee una cafetería llamada Lumière. Se cierra de esta forma el círculo de las referencias y las citas a un acontecimiento histórico que, sin ser la primera proyección cinemática, sí devino definitiva para entender el cine moderno y su correlación contemporánea.

Continuar leyendo «Cinematógrafos Caro y el ocio moderno»